Bioestimulantes

Un bioestimulante orgánico favorece y potencia el metabolismo vegetal. A diferencia de los fertilizantes tradicionales, los bioestimulantes no contienen nutrientes, sino que mejoran los procesos naturales de la planta para aumentar su rendimiento. Estos productos ayudan a aumentar la absorción de nutrientes, potencian el desarrollo de las raíces y mejoran la tolerancia al estrés, lo que se traduce en plantas más fuertes y resistentes. Nuestra selección de bioestimulantes está cuidadosamente seleccionada para ofrecerle las mejores opciones para sus necesidades específicas. Formulados con metabolitos especialmente seleccionados para conseguir el objetivo perseguido en la aplicación de cada uno de los productos y/o con nutrientes específicos en formas altamente asimilables independientemente de la actividad fotosintética de la planta y translocables con un consumo energético mínimo.
Los bioestimulantes son cada vez son más populares en la agricultura y la horticultura, ya que ofrecen una forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente de potenciar el crecimiento y la productividad de las plantas. Además de sus beneficios prácticos, un bioestimulante orgánico también mejora la salud del suelo y fomenta la biodiversidad, lo que lo convierte en una valiosa herramienta en la transición hacia prácticas agrícolas más sostenibles.

Productos Bioestimulantes

Algaliv

Promueve el crecimiento vegetativo y evita las condiciones de estrés.

Algaliv DUO

Favorece el desarrollo del fruto y facilita la recuperación post-estrés.

Biolasting

Ejerce una acción antimicrobiana, activa las defensas naturales de las plantas y posee una alta capacidad antioxidante durante la postcosecha.

Bioradicante – bioestimulante radicular

Bioestimulante radicular que promueve el crecimiento y desarrollo de las raíces.

Botamisol 45%

Acelera el metabolismo y vigoriza el crecimiento de los cultivos.

Botamisol Pro 80

Asegura la máxima capacidad metabólica de los cultivos.

Citogrower

Promueve la emisión de yemas laterales. Incrementa el tamaño, número y uniformidad de los frutos.

Citoliv

Promueve el desarrollo, uniformidad y consistencia de los frutos.

Cromaliv

Acelera y aumenta la coloración de los frutos.

Cropstim

Reestablece el equilibrio fisiológico después de estreses puntuales, con alta capacidad antioxidante y osmoreguladora.

Ecormon para el cuaje de frutos

Maximiza el cuaje de frutos.

Fitomaat SL

Ayuda a superar situaciones de estrés hídrico, manteniendo el rendimiento y la calidad.

Fitomaat WG (glicina betaína 80%)

Ayuda a superar situaciones de estrés hídrico, manteniendo el rendimiento y la calidad.

Fosmobac – solubilizador de fósforo

Bioestimulante microbiano solubilizador de fósforo.

Frutaliv

Favorece la expansión celular y el engorde de los frutos.

Hydromaat – Protección natural contra el estrés hídrico

Previene y/o recupera de los efectos del estrés hídrico.

Masbrix

Favorece la concentración de azúcares.

Radisan – Estimulante de raíces

Estimulante de raíces que potencia el crecimiento del sistema radicular y mejora las interacciones en la rizosfera, con metabolitos de Lysobacter enzymogenes y Corynebacterium flavescens.

Treeset

Promueve la floración y el cuajado.

Ultra V – protector solar para plantas

Protege contra el golpe de sol y la radiación solar.

Vital Power

Asegura la viabilidad del grano de polen y el cuajado.

Vitalem Olivo

Favorece el crecimiento y potencia la producción del olivo.

VitalemForte

Activa el crecimiento de los cultivos durante todas las fases del ciclo.

Bioestimulantes para agricultura

Aquí encontraras todo tipo de bioestimulante orgánico capaz de actuar eficientemente sobre los procesos bioquímicos naturales de la planta. Un bioestimulante orgánico mejora la absorción y asimilación de nutrientes, ayuda a superar el estrés abiótico o mejora algunas de las características agronómicas de los cultivos, aumentando finalmente el crecimiento, la calidad y la productividad de las cosechas

El objetivo del uso de un bioestimulante orgánico es conseguir cosechas de mejor calidad y dar solución a algunos de los problemas más comunes de los cultivos, como falta de humedad, poca luz, desfases de temperatura, etc., lo cuales pueden provocar pérdidas en su valor comercial.

Función de un bioestimulante orgánico

La función de un bioestimulante orgánico es mejorar los mecanismos de absorción de los nutrientes y su eficiencia, además de favorecer la tolerancia frente al estrés abiótico, que son todos aquellos factores ambientales que alteran los procesos fisiológicos de las plantas, afectando a su desarrollo.

Pero sin duda el efecto más importante es que la utilización de un bioestimulante orgánico propicia un menor uso de fertilizantes, lo cual contribuye al cumplimiento de uno de los principales objetivos de la estrategia de la UE “De la granja a la mesa”: reducir el uso de fertilizantes en al menos un 20 % para el 2030.

Bioestimulantes orgánicos

Los bioestimulantes estimulan los procesos naturales de las plantas para mejorar la absorción y la eficiencia de los nutrientes, la calidad de los cultivos y la tolerancia al estrés abiótico, beneficiando tanto al rendimiento como al vigor de las plantas. Esto garantiza que las plantas tengan una buena resistencia y salud de base, haciéndolas menos vulnerables al estrés, las plagas y otras amenazas, incluidas las perturbaciones climáticas. Los productos bioestimulantes pueden ayudar a los agricultores a adaptar sus sistemas agrícolas a un clima cada vez más volátil, al tiempo que mejoran la sostenibilidad de la producción de alimentos, contribuyendo así a un modelo de explotación agrícola climáticamente inteligente para el futuro, que sea a la vez resistente y flexible.
Existen muchas categorías de bioestimulantes. Los más populares son los ácidos húmicos, los extractos de algas marinas, el compost de estiércol líquido y las bacterias y hongos beneficiosos. 1. Ácidos húmicos, fúlvicos y aminoácidos: partes de la materia orgánica del suelo resultantes de la descomposición de residuos vegetales, animales y microbianos. 2. Plantas y extractos de algas 3. Compuestos inorgánicos 4. Microbios (bacterias y hongos beneficiosos)
Asia-Pacífico y América Latina superan al resto del mundo en crecimiento de bioestimulantes, con un aumento del 12,5% y el 12,7%, respectivamente, impulsados por la adopción relativamente tardía y el margen de crecimiento de las regiones, la creciente disposición de los consumidores a pagar por productos agrícolas de mayor calidad y la necesidad de un uso más eficiente de los recursos. Brasil, China e India también presentan importantes oportunidades de mercado, junto con Indonesia y países del África subsahariana como Nigeria. La creciente concienciación de los agricultores sobre las ventajas de los bioestimulantes para aumentar la productividad es, sin duda, un factor que potencia el crecimiento del mercado. El mercado también está creciendo debido a la creciente adopción de métodos agrícolas sostenibles, además del respaldo político y gubernamental a tecnologías agrícolas más sostenibles. La estrategia de la granja a la mesa, que ha establecido objetivos como la reducción del uso de fertilizantes en al menos un 20 % para 2030, es el núcleo del Pacto Verde de la Unión Europea y es un claro ejemplo de que el apoyo a los bioestimulantes está llamado a ganar tracción.
Ya en 2022, el sector de la producción primaria de alimentos tiene que hacer frente a futuros cambios políticos: el nuevo contenido político del Reglamento sobre productos fertilizantes de la economía circular de la UE (UE 2019/1009), aprobado el 5 de junio de 2019, se aplicará de forma efectiva a partir de julio de 2022. El Reglamento establece normas sobre la comercialización de productos fertilizantes de la UE y modifica los Reglamentos (CE) nº 1069/2009 y (CE) nº 1107/2009 y deroga el Reglamento (CE) nº 2003/2003. Este nuevo marco normativo supondrá sin duda un paso adelante en la regulación y reconocimiento europeo de la industria de los bioestimulantes y favorecerá a empresas como Futureco Bioscience, que innovan, investigan y desarrollan bioestimulantes en base a las necesidades del mercado, pero garantizando al mismo tiempo eficacia, fiabilidad y seguridad medioambiental. También es cierto que Futureco Bioscience exporta actualmente a unos 60 países y siempre ha tenido un enfoque internacional. Este enfoque nos da una gran ventaja en términos regulatorios, ya que contamos con un departamento de regulación que tiene mucha experiencia en adaptarse y lidiar con las peculiaridades de regulaciones muy diferentes a nivel global. Incluyendo las más exigentes, y con enfoques tan diferentes como la normativa americana, la de algunos países del norte de África como Egipto o la normativa mexicana.
Los bioestimulantes, clasificados en función de su origen y no de su constitución, tienen un potencial demostrado para mejorar el crecimiento de las plantas, aumentar la producción y la calidad de los cultivos y paliar los efectos del estrés. Sin embargo, la naturaleza multimolecular y la composición variable de los bioestimulantes disponibles en el mercado plantean dificultades a la hora de dilucidar sus mecanismos subyacentes. Aunque la mayor parte de la investigación se ha centrado en los efectos generales de los bioestimulantes en los cultivos, estudios recientes a nivel molecular han empezado a desentrañar las vías desencadenadas por ciertos productos a nivel celular y génico. Comprender las influencias moleculares implicadas en el mecanismo de acción, no sólo podría conducir a un mayor perfeccionamiento de estos tratamientos, sino también a demostrar científicamente su efecto en los cultivos y, por tanto, a profesionalizar el sector, evitando intrusismos poco profesionales. Este avance viene avalado por la investigación en el sector de los bioestimulantes, que ha experimentado un fuerte y progresivo aumento en el número de publicaciones en los últimos años y en 2021, el número de publicaciones se ha incrementado aún más, alcanzando más de 450 trabajos publicados a nivel internacional.
La percepción de estos productos ha cambiado a medida que los argumentos científicos han avalado sus funcionalidades y los productores han podido confirmar en sus propias explotaciones el papel del uso de estos productos en la consecución de sus objetivos cualitativos y cuantitativos. Durante muchos años, y en algunos casos todavía hoy, los bioestimulantes se han considerado algo agradable de aplicar, pero no esencial. Al principio, los bioestimulantes quedaron relegados a la agricultura de exportación y, sobre todo, a los cultivos de mayor valor añadido, pero poco a poco, visto su impacto en términos de rendimiento, calidad y gestión de la producción, su uso se ha ido generalizando. En los últimos años, su uso ya es habitual en cultivos extensivos o cereales. Tras la pandemia de 2020, se suponía que con el aumento de los costes de los insumos, habrían sido los primeros en reducirse, pero la tendencia parece ir en sentido contrario.
En la agricultura actual, la mayoría de las zonas del mundo son vulnerables al estrés abiótico, uno de los principales obstáculos para la producción de cultivos. Además, las sequías, las temperaturas extremas, los fuertes vientos y otras formas de volatilidad meteorológica pueden causar estrés hídrico, reduciendo considerablemente la calidad y el rendimiento de los cultivos. Para superar estos obstáculos y optimizar los insumos agrícolas, muchos agricultores recurren a los bioestimulantes para mejorar los cultivos. Nuestra fiable cartera de productos disponibles en el mercado ofrece soluciones que satisfacen las necesidades más exigentes de los agricultores para maximizar la rentabilidad de la inversión y el rendimiento de los cultivos.
Está claro que la popuparidad de los bioestimulantes va en aumento y se están convirtiendo en algo habitual en el sector agrícola. Continuamente surgen nuevos productos para promover el crecimiento vegetativo óptimo de las plantas o árboles de nuestros campos. Por eso también es muy importante saber de qué están hechas este tipo de soluciones y cuáles son sus efectos sobre las plantas. En Futureco Bioscience aportamos un valor añadido a través de la experiencia de nuestro equipo de fisiólogos vegetales, agrónomos, químicos y biólogos que nos permite diseñar con rigor la mejor eficacia de los productos basándonos en la fisiología vegetal y en el mecanismo molecular de los principios activos. Como resultado de nuestro fuerte compromiso con la Investigación y el Desarrollo, somos capaces no sólo de fabricar formulaciones innovadoras basadas en nuestra propia colección de microorganismos y materias primas de origen vegetal, sino también de probar exhaustivamente eficacias, compatibilidades y posibles toxicidades tanto en el laboratorio como en el campo.
Comprender el modo de acción de los bioestimulantes es fundamental no sólo para ofrecer un buen asesoramiento al cliente, sino sobre todo para desarrollar formulaciones más eficaces. Muchos fabricantes producen sus propias marcas a partir de materiales de origen similar y, por lo general, los comercializan basándose en investigaciones que destacan el aumento del rendimiento y/o la calidad de los cultivos conseguidos. Sin embargo, estos estudios sólo llegan a identificar los beneficios económicos del uso del producto, y hacen poco por comprender cómo el producto consigue mejorar el rendimiento y/o la calidad. Nuestra investigación y nuestra tecnología punta pretenden profundizar en los mecanismos genéticos y moleculares subyacentes por los que los bioestimulantes promueven el crecimiento de las plantas y la tolerancia al estrés ambiental.
Por supuesto. Aproximadamente el 65% de nuestra cartera de bioestimulantes cuenta con certificación ecológica obtenida con los organismos de certificación más prestigiosos, como BCS-ÖKO, OMRI y CAAE. De hecho, para que un alimento vegetal sea considerado ecológico, es imprescindible que en su sistema de producción no se hayan utilizado insumos agrícolas no aptos para la agricultura ecológica. Los productos para la agricultura ecológica logran la certificación cuando cumple con las normas y condiciones que se definen en las leyes sobre la agricultura ecológica, dos de los más importantes y reconocidos en todo el mundo son el Reglamento CE 889/2008 en Europa y el USDA / Standard. Pero obtener la certificación de productos para la agricultura ecológica es mucho más que cumplir con una normativa. La ausencia de residuos inadecuados en su composición, así como su biodegradabilidad sin dejar residuos en los cultivos y el medio ambiente, formulaciones estables y eficaces frente a las necesidades del cultivo, materias primas de origen natural (mineral, vegetal o animal), no OGM (organismos genéticamente modificados) son características comunes a este tipo de insumos, lo que les permite diferenciarse significativamente de otros productos en el mercado.
Los bioestimulantes actúan estimulando los procesos de nutrición de las plantas independientemente del contenido en nutrientes del producto, mejorando la eficiencia en el uso de nutrientes, la tolerancia al estrés, los rasgos de calidad o la disponibilidad de nutrientes confinados en el suelo o la rizosfera. Por supuesto, cada bioestimulante tiene su propio mecanismo de acción. Bioradicante por ejemplo, un bioestimulante diseñado para mejorar todo el sistema radicular y la rizosfera y basado en aminoácidos obtenidos por fermentación de Brevibacter sp. Impactó en los perfiles transcriptómicos de 9202 genes, de los cuales 4210 sobreexpresados y 4992 reprimidos. Entre los sobreexpresados, genes implicados en la biosíntesis de corismato y triptófano, dos precursores clave en la biosíntesis de auxina. En concreto, se identificaron genes sobreexpresados para enzimas de 6 de las 15 reacciones químicas necesarias para sintetizar ácido indol-3-acético (IAA) a partir de D-eritrosa 4-fosfato, glutamina y serina. Por otro lado, la lista de genes sobreexpresados en plantas tratadas con Bioradicante está fuertemente enriquecida en genes con función L-fenilalanina amoniacal liasa (PAL): al menos 5 de los 10 genes que codifican enzimas con esta actividad están sobreexpresados como consecuencia del tratamiento con Bioradicante. La actividad PAL se considera la puerta de entrada al metabolismo de (poli)fenoles como los flavonoides y los monolignoles (monómeros precursores de la lignina), que son clave para el desarrollo de la raíz. Por ejemplo, los flavonoides inhiben el transporte polar de auxinas y la lignina es clave para la formación del xilema (madera). Finalmente podemos concluir que Bioradicante actúa estimulando la biosíntesis de auxinas endógenas y regulando la biosíntesis de fenoles como los flavonoides y la lignina, que son importantes para el correcto desarrollo del sistema radicular.
Fabricamos y comercializamos nuestros productos bioestimulantes en todo el mundo. Tenemos registros en numerosos países de América Central y del Sur, Caribe, Europa, Norte de África y Oriente Medio. Actualmente estamos trabajando para ampliar nuestra cartera de productos registrados en África.
Sí, nuestros bioestimulantes suelen ser compatibles con la mayoría de los productos de nutrición agrícola o de protección de cultivos disponibles en el mercado. De todas formas, es recomendable seguir las normas para el correcto uso y preparación de la mezcla combinada, y eventualmente realizar una pequeña prueba antes de preparar la mezcla real. Además, nuestros bioestimulantes son en general compatibles con las técnicas agrícolas más avanzadas utilizadas en la gestión integrada de cultivos.
En general, nuestros bioestimulantes pueden almacenarse hasta 3 años en condiciones adecuadas de temperatura, luz, humedad y ventilación. De hecho, se recomienda almacenar los bioestimulantes en un lugar fresco y ventilado con temperaturas inferiores a 50ºC, evitando periodos prolongados bajo la luz solar directa.
Puede parecer que la agricultura se enfrenta a dos fuerzas opuestas. Por un lado, se necesita más producción debido al crecimiento de la población mundial. Por otro, asistimos a una reducción necesaria de la cantidad de herramientas disponibles para la productividad de los cultivos debido a normativas gubernamentales como el "Pacto Verde" de la UE. Además, el cambio climático también está poniendo a prueba los sistemas de cultivo. Ya sea demasiado seco o demasiado húmedo, estamos viendo estos extremos en todo el mundo. En esta compleja situación, hay una demanda creciente de nuevas herramientas que sean sostenibles, eficaces y asequibles para complementar la química sintética: es una gran oportunidad global para los bioestimulantes. Por último, a escala más reducida y quizá sencilla, las mayores oportunidades residen en poder desarrollar productos que satisfagan de forma rápida y segura las nuevas necesidades de los productores. En nuestro caso, en Futureco Bioscience, estamos utilizando los avances científicos más sofisticados y operativos para desarrollar productos nuevos y cada vez más "a medida".
Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la industria de los bioestimulantes es demostrar científicamente la funcionalidad alegada y justificar la acción biológica y funcional del producto en las especies de cultivo. Cada vez será más importante, y pronto necesario, cumplimentar expedientes muy completos, y todas las sustancias tendrán que ser estudiadas y aprobadas por organismos terceros acreditados, garantizando así su composición, funcionalidad e inocuidad para la salud y la seguridad medioambiental. Estoy seguro de que este panorama contribuirá a una mayor transparencia y confianza en el sector. Futureco Bioscience reconoce y afronta estos retos actualizando y mejorando constantemente su consolidada línea de investigación y desarrollo, para ofrecer productos respaldados por datos de ensayos coherentes y fiables, que puedan producir resultados valiosos y reproducibles. La experiencia en el desarrollo de protocolos puede reducir el número total de ensayos y temporadas necesarios para evaluar el rendimiento y recopilar datos para el registro de productos. Un análisis competente puede aumentar el valor de la información. Globalmente, un enfoque bien planificado como el proceso de desarrollo de Futureco Bioscience también ayuda a evitar los escollos que podrían retrasar el proceso de desarrollo del producto y la entrada en el mercado, así como aumentar los costes.
Yo diría que las principales tendencias en materia de bioestimulantes se centran en la resistencia al estrés abiótico, seguida de la mejora de la absorción de nutrientes y, por último, la mejora de la calidad del producto. Entre los estreses abióticos, la sequía es el más estudiado, seguido de la salinidad y las temperaturas extremas, probablemente en fuerte conexión con el efecto del cambio climático. Por otro lado, existe una creciente demanda de microorganismos fijadores de nitrógeno: mientras que el nitrógeno es el elemento requerido, después del carbono, en mayor cantidad por las plantas para su crecimiento y desarrollo los microorganismos fijadores de nitrógeno podrían ayudar a reducir la cantidad de fertilizantes nitrogenados, ahora que hay escasez de materias primas, precios muy altos y una creciente atención a la sostenibilidad tanto medioambiental como económica. Como empresa, somos reconocidos por nuestra experiencia en el uso de microbios, y el valor añadido que nuestros microorganismos y sus productos derivados pueden ofrecer a la agricultura. Por ejemplo, con metabolitos adicionales de Lysobacter enzymogenes cepa B25 y Corynebacterium flavescens cepa B2575, RADISAN WG aumenta considerablemente la tasa de supervivencia de los trasplantes y estimula aún más el crecimiento vegetativo.
Las principales tendencias vienen impulsadas por las necesidades de los productores: algunas de estas necesidades se deben a la aparición de nuevas situaciones como la falta de agua, cambios en las condiciones meteorológicas debido al cambio climático que están provocando nuevos tipos de estrés, cambios normativos que prohíben el uso de materias activas de uso habitual en la mayoría de las explotaciones, falta de soluciones sostenibles para mantener la productividad sin aumentar o reducir los insumos, etc. Para todas estas situaciones, los agricultores necesitan productos que les permitan seguir produciendo con los rendimientos y calidades que mantengan la rentabilidad de sus explotaciones.